Película "Las Aventuras de Zu y Jobita"


Es la historia de dos ballenitas amigas, una azul (Zu) y otra Jorobada (Jobita) que se enfrentan a una serie de situaciones de las buenas y de las otras fruto de su amistad.
La historia es presentada por un narrador cuyo modelo ha sido tomado de la figura de Jacques Cousteau, lo cual constituye un homenaje que los realizadores han querido hacer al gran oceanógrafo francés muerto hace exactamente once años (junio 1997). Dicho sea de paso, el parecido del narrador con Cousteau es no sólo físico, sino también –y sobre todo- en su voz característica según la conocimos en Chile en su doblaje al español.
La historia comienza luego de finalizado el largo invierno antártico cuando la loca de Zu le anuncia a su amiga de sus intenciones de viajar hacia el norte a conocer el mundo y a buscar familia. Por supuesto que a la coqueta Jobita lo que más le interesa es encontrar un príncipe azul (en su caso un “príncipe jorobado”) para formar su propia familia. Zu protesta, aduciendo los grandes peligros a que se enfrentan las ballenas en el océano, en especial la caza de ballenas, sobre la que las ballenas viejas cuentan todo tipo de historias espeluznantes. En ese momento, atina a pasar por ahí un pingüinito (Bobito) con fama de aventurero y amigo de ambas. Bobito les dice que hace tiempo que los humanos ya no andan por ahí cazando ballenas como malos de la cabeza, que al parecer algunas cosas han cambiado y que por tanto el viaje no sería tan peligroso.
Con esa información, Jobita emprende el viaje dejando a Zu preocupada en lo que ella considera su hogar, las aguas antárticas. Bobito acompaña a Jobita en su travesía por el mar chileno. Entre otros lugares, pasan por el Cabo de Hornos, el Golfo de Corcovado y los tres Parques Marinos de Chile, las AMCP (Áreas Marinas Costeras Protegidas) Francisco Coloane, Lafquén Mapu Lahual e Isla Grande de Atacama, encontrándose con distintas situaciones en cada uno de esos lugares Entre las cosas positivas que les pasan, está que se les suma como compañero de viaje Paco, un pelícano viejo amigo de Bobito, y su encuentro con un barco de turistas y con una expedición científica, además del ansiado encuentro con Megaptero, el “príncipe jorobado” de Jobita, y otras ballenitas de su especie. Entre las malas está su tropiezo con las pesca de arrastre, un derrame de petróleo y su paso por la caleta de Quintay, lugar que les trae a las ballenitas tristes recuerdos de los tiempos en que se las cazaba en la costa chilena...
Entre tanto, Zu se entera por unos pingüinos que conversan animadamente entre los témpanos que más al norte ha sido visto un barco ballenero. Preocupada por su amiga Jobita, la valiente ballenita azul emprende la travesía hacia el norte. Pero la pobre, a poco andar (o nadar), se encuentra con unos ejercicios navales que casi la vuelven loca debido a la contaminación acústica que generan. El único medio para salir del lío que se le ocurre es pedirle a unos delfines que la acompañan que se pongan a saltar frenéticamente confiando en que si los marinos los ven detendrán sus maniobras. La estrategia de Zu da resultado y los ejercicios se detienen el tiempo suficiente como para que nuestra protagonista y sus amigos los delfines se alejen del lugar. Más adelante a la pobre Zu le sale al paso otra situación complicada que esta vez pone su vida en peligro. Su cola queda atrapada en una red de pesca a la deriva. Y su lucha por liberarse es captada por un barco ballenero...
Más al norte, Jobita es avisada de una noticia de último minuto que circula en el correo de las aves de mar: más al sur una ballenita azul está a punto de ser cazada por un ballenero errante. Jobita no lo piensa ni dos segundos y parte rauda rumbo al sur a salvar a su amiga, no sin antes encargarle a Megaptero, su enamorado, que busque refuerzos para ayudar a rescatar a Zu.
Cuando ambas ballenitas se encuentran, sufren el ataque del barco ballenero. Y cuando están a punto de sucumbir, llegan Megaptero, Bobito y Paco con cientos de ballenas, delfines y aves marinas a atacar al barco, cuyps tripulantes finalmente se dan por vencidos y dejan en paz a las ballenitas.
La sorpresa para Zu es que en esta carga contra el ballenero participa un apuesto ballenato de su especie, Musculín...


Película producida por: PRODUCCIONES KATALAPI

Para más información visitar http://zuyjobita.blogspot.com/

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Las nefastas consecuencias de la pesca de arrastre para la vida marina

El arrastre o pesca de arrastre también es conocida por el nombre de “retropesca”. Consiste fundamentalmente en el empleo de una red lastrada que barre el fondo del mar capturando todo lo que encuentra a su paso. Se trata de un sistema de pesca (o arte) activo, en el sentido de que no espera ni confía en los movimientos del pez para su captura.
La pesca de arrastre es de las menos selectivas que existe y es muy dañina para los fondos oceánicos. Puede ser considerada, de hecho, una tala al fondo marino. Las mallas empleadas alcanzan hasta 2 kilómetros de profundidad y destruyen frágiles arrecifes de corales y fondos rocosos. Esto provoca que grandes rocas sean dispersadas, que las cuevas submarinas sean destruidas y que los organismos que allí habitan sean removidos por las pesadas redes. Además, lo poco selectivo del método empleado ocasiona la captura de una gran cantidad de especies no deseadas. Es por esta razón que en la mayoría de los países está regulada, pero en muy pocos está prohibida.
Pese a que existentes evidencias científicas de las perjudiciales consecuencias de esta técnica, aún no existen en Chile acciones concretas para poner término a esta modalidad de extracción de los recursos marinos. Esos antecedentes demuestran que el arrastre es altamente destructivo para el ecosistema. Por lo mismo, debe ser restringido antes de proseguir con su utilización, tal como lo han resuelto diversos países.

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La contaminación por petróleo y su efecto en el ecosistema marino

Los hidrocarburos son un tipo de contaminantes que afectan a la calidad del agua de manera importante. Los derrames de petróleo cada día son más frecuentes en los océanos y dejan estelas de contaminación de efectos a muy largo plazo. La formación de una película impermeable sobre el agua en las zonas de derrame afecta rápida y directamente a las aves y a los mamíferos acuáticos ya que obstruye el intercambio gaseoso y desvía los rayos luminosos que aprovecha el fitoplancton para llevar a cabo el proceso de fotosíntesis.

La contaminación por petróleo crudo o por petróleo refinado (gasolina y otros productos obtenidos por destilación fraccionada y procesamiento químico del petróleo crudo) es generada accidental o deliberadamente desde diferentes fuentes. Algunos investigadores consideran que la contaminación por petróleo proviene de los accidentes de los buques-tanques y de las fugas en los equipos de perforación marina. Sin embargo, otros consideran que es cuestión de propaganda, ya que casi el 50 % del petróleo que llega a los mares y los océanos proviene de tierra firme, del que es arrojado al suelo por las personas en las ciudades y en zonas industriales y que luego son arrastrados por las corrientes fluviales hasta terminar en los océanos.
Una gran proporción de la contaminación del mar se debe a los desechos de millones de barcos que recorren diariamente los mares. Es probable que el desecho más importante de todos ellos sea el petróleo. En 1970, la expedición Ra a través del océano Atlántico reportó que de los 57 días que duró el recorrido, en 43 de ellos el mar estaba visiblemente contaminado con trozos de petróleo solidificado, aceite y otros desechos.
Se calcula que alrededor de 1.500 millones de toneladas al año son transportadas a través de los mares y que en el proceso de carga y descarga se pierde el 0.1 % de ese petróleo. Además es práctica común que los tanques cisterna utilicen como lastre agua de mar y la regresen contaminada con petróleo. Otros buque-tanques bombean el petróleo de desecho al mar en forma de desperdicio. Se calcula que por estas dos formas se arrojan al mar 3.5 millones de toneladas de petróleo. Otra forma de contaminación por petróleo del mar proviene de la perforación de pozos de gas y petróleo en las aguas costeras y de las fugas de las tuberías subacuáticas.
En la explotación del petróleo se derrama cerca de la mitad en el área de perforación, lo que implica grandes pérdidas y contaminación del aire, agua y suelo. La manera tradicional de extraer o recuperar el petróleo es mediante bombeo con agua lo cual representa una pérdida considerable de agua. La liberación de petróleo al mar también puede ser como un acto de terrorismo ambiental o como resultado de la guerra.
En febrero de 1991 ocurrió el peor de los derrames de petróleo, en el Golfo Pérsico durante la guerra entre Irak y una coalición de países encabezados por los Estados Unidos, cinco barcos petroleros kuwaitíes cargados completamente con petróleo crudo fueron arrojados al mar desde la terminal de almacenamiento de petróleo en la Isla del Mar de Kuwait. Cuando se informó del hecho, surgió una controversia acerca de cuánto de ese petróleo derramado fue de manera intencional, en un acto deliberado de terrorismo ambiental, ordenado por Saddam Hussein, y cuánto fue ocasionado por el bombardeo efectuado por las fuerzas armadas de la coalición.
Los efectos de la contaminación por petróleo.
Los efectos del petróleo sobre los ecosistemas marinos dependen de factores como: tipo de petróleo (crudo o refinado), cantidad, distancia del sitio contaminado con la playa, época del año, condiciones atmosféricas, temperatura media del agua y corrientes oceánicas. Los hidrocarburos forman con el agua una capa impermeable que obstaculiza el paso de la luz solar que utiliza el fitoplancton para realizar el proceso de la fotosíntesis, interfiere el intercambio gaseoso, cubren la piel y las branquias de los animales acuáticos provocándoles la muerte por asfixia.
El petróleo derramado en el mar se evapora o es degradado en un proceso muy lento por bacterias. Los hidrocarburos orgánicos volátiles matan inmediatamente a varios tipos de organismos acuáticos, especialmente en etapa larvaria. En las aguas calientes se evapora a la atmósfera la mayor parte de este tipo de hidrocarburos en uno o dos días y en aguas frías este proceso puede tardar hasta una semana. Otro tipo de sustancias químicas permanecen en el agua superficial y forman burbujas de alquitrán o musgo flotante. Este petróleo, también, cubre las plumas de las aves, especialmente de las que se zambullen, y la piel de mamíferos marinos como las focas y nutrias de mar. Esta capa de petróleo destruye el aislamiento térmico natural de los animales y también afecta su capacidad para flotar, por lo cual mueren de frío o porque se hunden y ahogan.
Las capas de petróleo en el océano son degradadas por bacterias pero es un proceso lento en aguas calientes y mucho más lento en aguas frías. Los componentes pesados del petróleo se hunden hasta el fondo del mar y pueden matar organismos que habitan en las profundidades como los cangrejos, ostras, mejillones y almejas. Además los que quedan vivos no son adecuados para su consumo.
La mayoría de los ecosistemas marinos expuestos a grandes cantidades de petróleo crudo requieren unos 3 años para su recuperación. Sin embargo, los ecosistemas marinos contaminados por petróleo refinado, en especial en los estuarios, requieren de 10 años o más para su recuperación.
La contaminación de las playas por petróleo causa serios problemas económicos a los habitantes de las costas porque pierden ingresos por la actividad pesquera y la turística. Las playas contaminadas requieren de al menos un año para su recuperación cuando tienen corrientes y olas fuertes, pero las playas que no tienen estas características tardan varios años en recuperarse. Los estuarios y marismas sufren el mayor daño y no pueden limpiarse eficazmente.
También se considera que algunos componentes químicos del petróleo pueden interferir con algunas sustancia químicas como las feromonas que los animales marinos secretan para llevar a cabo procesos vitales y de comunicación. Estos compuestos químicos les sirven para realizar diferentes procesos como escapar de los animales de presa, atracción sexual, selección de su hábitat y la alimentación.

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El contacto en Chile de Moby Dick

(Extractado de “La epopeya de la industria ballenera chilena”, Jorge Sepúlveda)
“Creo que habrá pocas personas que no hayan sido cautivadas por la interesante aventura narrada en el film ‘Moby Dick’. La novela Moby Dick, es obra de Herman Melville, uno de los primeros clásicos de la literatura norteamericana. Su autor siempre reconoció que se había inspirado en un caso real: el naufragio del velero Essex, hundido por una ballena, hecho divulgado por Owen Chase, sobreviviente.

Según lo publicado por ‘Revista del Domingo’ de El Mercurio del 3 de julio de 1988, la señora Ann Finch, curioseando en un viejo baúl de un pariente ya fallecido, encontró un manuscrito amarillento. No le prestó atención, pues creyó que se trataba de una antigua tarea escolar. Veinte años después, en 1980, se lo comentó al director del Museo de Nantucket, lugar que fue la capital de la caza ballenera durante el siglo pasado.
De acuerdo con el relato, Thomas Nickerson joven tripulante de 14 años, zarpa desde Nantucket en agosto de 1819 a bordo del ballenero Essex al mando del Capitán Pollard. El buque se dirige hacia el sur por el Atlántico, con escala en las islas Azores y cabo Verde. Al pasar al Pacífico, frente a las costas de Chile, logra la captura de varias ballenas las que faenan dejándoles una carga de cientos de barriles de aceite.
El Essex recala en Talcahuano para rellenar víveres y luego continúa hacia el norte, deteniéndose en las islas Galápagos. Allí carga tortugas vivas, como alimento fresco, para proseguir hacia el oeste tras la ruta migratoria de las ballenas.
El 20 de noviembre de 1820, se avista un cachalote (ballena de esperma o sperm whale) de gran tamaño que se dirige a rumbo de colisión contra el ballenero, cuyo piloto maniobra para alejarse. Sin embargo el cachalote se estrella con violencia contra el buque. Alejándose algunos cientos de metros, la ballena vuelve a embestir a alta velocidad al ballenero por la amura de babor. Con una vía de agua incontrolable el Essex se comienza a escorar en pocos minutos. La tripulación abandona el buque en tres botes.
Luego de un mes llegan a la isla Henderson, cerca de Pitcairn, la isla de los amotinados del Bounty. El 15 de febrero de 1821, casi tres meses después del naufragio y después de haberse separado las embarcaciones, el bote donde se encontraba Nickerson, es avistado y recogido por un buque inglés, cuando ya estaban a 50 millas del archipiélago de Juan Fernández, y a 3700 millas del lugar del naufragio. En cinco días llegan a Valparaíso. Otro bote con dos sobrevivientes es rescatado a la cuadra del golfo de Arauco, por el bergantín Dauphin. Estos avisaron que tres náufragos se habían quedado en Henderson. Del tercer bote no se tuvo información alguna, presumiéndose perdido.
En los registros de la Capitanía de Puerto de Valparaíso se encuentra estampada dicha historia en forma resumida. Según don Germán Munita, que ha investigado esta historia, indica que hacia 1810, varias veces aparecieron informes del avistamiento de un gran cachalote blanco, en las cercanías de la isla Mocha. Un periodista de Nueva York publicó por esa época estos avistamientos, bautizando al gigantesco cachalote blanco como ‘Mocha Dick’. De ahí que el autor norteamericano eligiera el título de su novela ‘Moby Dick’”.


Fuente:
Artículo: “La epopeya de la industria ballenera chilena”, Jorge Sepúlveda (http://www.revistamarina.cl/revistas/1997/6/jorsepul.pdf)

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El canto de las ballenas (extraído de Wikipedia, la enciclopedia libre)

El canto de ballenas es la colección de sonidos que emiten las ballenas para comunicarse. La palabra "canto" se emplea en particular para describir el patrón de sonidos predecibles y repetitivos que emiten ciertas especies de ballenas (especialmente la ballena yubarta) de una manera que se asemeja al canto de los humanos, según los cetólogos.
Los procesos biológicos utilizados para producir el sonido varían de una familia de cetáceos a otra. Sin embargo, todas las ballenas, delfines y marsopas son mucho más dependientes del sonido para comunicarse y sentir que sus primos terrestres porque la absorción de la luz por el agua hace difícil la visión y a que el movimiento relativamente más lento del agua comparado con el aire disminuye la efectividad del sentido del olfato.

Por otra parte la comunicación auditiva es muy efectiva dentro del agua por razones físicas. En un medio gaseoso, como el aire, la energía de las vibraciones se disipa rápidamente a causa de su elasticidad y el sonido se atenúa enseguida con la distancia. En los líquidos, que son más densos, el sonido se propaga a una velocidad mucho mayor, 1500 m/s en el agua frente a 340 m/s en el aire; y siendo como son incompresibles (no varían apenas en densidad con la presión) se atenúa menos intensamente. Los cetáceos pueden así comunicarse a distancias enormes.
Los cetáceos tienen un sentido del oído muy elaborado, que incluye la habilidad de detectar con mucha precisión la dirección de procedencia de los sonidos. Lo aprovechan, sobre todo los delfines, para practicar la ecolocalización, emitiendo sonidos de cuyo reflejo se averigua la distancia y forma de los objetos circundantes. La forma globosa de la cabeza de cachalotes o delfines se debe a la existencia de un mecanismo de amplificación del sonido, el melón. Actualmente hay preocupación entre los ambientalistas por el aumento del ruido en los océanos debido a la pesca, ya que se piensa que los humanos podemos estar acabando con el silencio característico del hábitat marino. Por esta razón se ha reclamado la interrupción del uso de sonares destinados a la investigación científica y la vigilancia militar. Recientemente (2004) se ha decidido suspender el uso militar del sonar activo en Canarias, tras comprobarse su relación con el varamiento de cetáceos consecutivo a maniobras navales realizadas en 2002.
Los seres humanos producen sonido al expeler aire a través de la laringe. Las cuerdas vocales dentro de la laringe se abren o cierran según sea necesario para separar la corriente de aire en paquetes discretos. Estos paquetes son moldeados por la garganta, la lengua y los labios para formar el sonido deseado.
La producción de sonido en los cetáceos difiere marcadamente de este mecanismo. El mecanismo preciso es diferente en los dos grupos de cetáceos: los odontocetos (cachalotes y delfines) y los misticetos (ballenas barbadas-incluyendo las más grandes, como la ballena azul).

Producción del sonido en las ballenas dentadas

El espectro tonal de las ballenas dentadas consiste en sonidos o silbidos de alta frecuencia; las secuencias largas de sonidos que se conocen clásicamente como canto de las ballenas no existen en este grupo. Los sonidos cortos (“clics”) se utilizan generalmente para la detección mediante sonar (ecolocación), las secuencias tonales para la comunicación. Por esto en las manadas de delfines se genera un caos de sonidos que a veces se compara con el fondo sonoro de niños en una guardería. Del significado de cada una de las secuencias tonales sin embargo se conoce muy poco.
Los sonidos mismos se generan al pasar aire por unas estructuras tridimensionales en su cabeza que corresponden a las fosas nasales humanas y que se conocen con la denominación inglesa de “phonic lips”. Todas las ballenas dentadas con excepción del cachalote poseen dos pared de estos “labios” que les permiten generar dos sonidos al mismo tiempo. Las vibraciones generadas en los “phonic lips” es conducido al melón del animal. Aquí se forma el sonido y es emitido en la dirección apropiada para permitir la localización por reflexión (ecolocación).

Producción del sonido en las ballenas barbadas

Las ballenas barbadas no poseen los “phonic lips”. En su lugar tienen una laringe, que aparentemente desempeña un papel importante en la generación de los sonidos pero no posee cuerdas vocales. Hasta ahora el mecanismo exacto de la generación de los sonidos es desconocido pero tiene que divergir mucho del mecanismo en los humanos. Las ballenas no necesitan un proceso de espiración para generar los sonidos.
La mayor parte de las ballenas barbadas cantan en una banda de frecuencias entre 15 y 20 hercios. En un reportaje en la revista “New Scientist” se menciona sin embargo una ballena cuyo canto se conoce desde hace 12 años y que eligió una frecuencia de 52 Hz. La ballena nunca ha sido vista. Los científicos concuerdan en que se tiene que tratar de una ballena barbada. Sin embargo hay discrepancia sobre si pertenece o no a una especie desconocida hasta ahora.

Propósito de los sonidos creados por las ballenas

Mientras que los complejos e inolvidables sonidos de la ballena yubarta (y de algunas ballenas azules) se cree que son usados principalmente en la selección sexual (ver sección más abajo), los sonidos más simples de otras ballenas tienen usos muy diversos. Mientras que las ballenas dentadas (incluyendo la orca) son capaces de usar la ecolocación (esencialmente, la emisión ultrasónica de olas sonoras) para detectar muy precisamente el tamaño y naturaleza de los objetos, las ballenas barbadas no tienen esta capacidad. Por otro parte, a diferencia de otros peces, como por ejemplo los tiburones, el sentido del olfato de la ballena no está muy desarrollado. Por eso, y por la pobre visibilidad de los ambientes acuáticos y el hecho de que el sonido viaja bien bajo el agua, los sonidos audibles por seres humanos desempeñan un papel en la vida de esas ballenas. Por ejemplo, la profundidad del agua o la existencia de una gran obstrucción delante pueden ser detectadas por fuertes sonidos emitidos por ballenas barbadas.
Dos grupos de ballenas, la ballena yubarta y las subespecies de Ballena Azul que se pueden encontrar en el Océano Índico, son conocidas por producir los sonidos repetitivos y de distintas frecuencias conocidos como el canto de ballena. El biólogo marino Philip Clapham describe este canto como "probablemente el canto más complejo en el reino animal" (Clapham, 1996).
Los machos de Ballena Yubarta interpretan estas vocalizaciones sólo durante el periodo de celo, por lo que se cree que el propósito de este canto es ayudar al proceso de selección sexual. Si el canto es un comportamiento competitivo entre machos buscando a la misma compañera, una forma de definir territorio o bien si es un comportamiento de "flirteo" entre machos y hembras, no se sabe aún y es un tema actualmente en investigación.
El interés en el canto de las ballenas fue suscitado por los investigadores Roger Payne y Scott McVay, quienes analizaron el canto en 1971. Los cantos siguen una distintiva estructura jerárquica. Las unidades básicas del canto (a menudo llamadas informalmente "notas") son emisiones de sonido individuales ininterrumpidas que duran unos pocos segundos. Estos sonidos varían su frecuencía entre los 20 Hz y los 10 kHz (el rango de audición típico humano va de los 20 Hz a los 20 kHz). Las unidades pueden ser de frecuencia modulada (i.e., el sonido puede subir, bajar o mantenerse igual durante la nota) o de amplitud modulada (pueden aumentar o disminuir su volumen).
Una colección de cuatro o seis unidades es conocida como sub-frase, durando quizás unos diez segundos. Una colección de dos sub-frases es una frase. Una ballena repetirá normalmente la misma frase una y otra vez por dos a cuatro minutos. Esto es conocido como tema. Una colección de temas es llamado canción. La ballena repetirá la misma canción, que durará alrededor de veinte minutos, una y otra vez durante el curso de horas o incluso días. Esta jerarquía de sonidos, similar a una Muñeca Rusa, ha capturado la imaginación de los científicos.
Adicionalmente, cada canto de ballena evolucionará lentamente a través del tiempo. Por ejemplo, durante el transcurso de un mes, una unidad en particular que comenzaba como una "subida" (incrementando en frecuencia) puede lentamente aplanarse hasta convertirse en una nota constante. Otra unidad podría continuamente volverse más fuerte. El ritmo de evolución del canto de una ballena también puede cambiar - un año la canción puede cambiar rápidamente, mientras que en otros años pueden registrarse solo pequeñas variaciones.
Ballenas ocupando áreas geográficas similares tienden a cantar canciones similares, solo con pequeñas variaciones. Ballenas de regiones excluyentes cantan colecciones de unidades completamente distintas.
Mientras la canción evoluciona, al parecer los viejos patrones no son revisitados. Un análisis de 19 años de cantos de ballenas, demostró que mientras se pueden encontrar patrones generales en una canción, las mismas combinaciones nunca se repiten.
Las Ballenas Yubartas pueden también emitir sonidos individuales que no forman parte de una canción, particularmente durante rituales de cortejo. Finalmente, las Yubartas emiten una tercera clase de sonidos, conocidos como llamado de alimentación. Este es un sonido largo (5-10 s de duración) de una frecuencia relativamente constante. Las Yubartas generalmente se alimentan cooperativamente, reuniéndose en grupos y nadando bajo cardumenes de peces para luego arremeter verticalmente a través de los peces hasta salir del agua juntas. Antes de las arremetidas, las ballenas emiten el llamado de alimentación. El propósito exacto del llamado es desconocido, pero las investigaciones sugieren que los peces saben el significado. Cuando el sonido es reproducido, un grupo de arenques responde al sonido huyendo del llamado, incluso sin que hayan ballenas presentes.

Otros sonidos de ballena

La mayor parte de las ballenas barbadas emiten infrasonidos de entre 15 y 20 Hz. De todas formas, biólogos marinos del Woods Hole Oceanographic Institution reportaron en New Scientist de diciembre de 2004 que han estado siguiendo a una ballena en el Pacífico Norte durante 12 años, que "cantaba" a 52 Hz. Los científicos se muestran incapaces de explicar esta dramática diferencia de la norma; de todas formas, están seguros de que la ballena es barbada y es extremadamente poco probable que sea de una especie nueva, lo que sugiere que las especies conocidas pueden tener un rango vocal más amplio del que se pensaba.
La mayoría de las otras ballenas y los delfines producen sonidos de varios grados de complejidad. De interés particular es la Beluga (el "canario de mar") que produce una inmensa variedad de silbidos, clicks y pulsos.

Fuente
http://es.wikipedia.org/wiki/Canto_de_las_ballenas

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¿Por qué cantan las ballenas?

Las canciones que grabamos en 1964 y 1969 son tan diferentes como Beethoven de los Beatles” Roger Payne, biólogo marino (sobre las ballenas grabadas bajo el agua en la Estación Palisades Sofar, Bermudas).

El sonido que emiten las ballenas no es uno más de los que se encuentran en la naturaleza. Despiertan en nosotros emociones muy especiales. ¿Por qué? Roger Payne, alguien quien ha trabajado por más de 40 años tratando de comprender el código del canto de las ballenas jorobadas, cree que ésto es porque componen sus canciones utilizando leyes muy parecidas a las que usamos nosotros, los humanos. Aparece así pues, la rima, la variación, el ritmo. No se trata de sonidos azarosos, sino que por el contrario éstos son predecibles y originales a la vez.

Como las que cantan, son los ejemplares machos, se ha pensado que el objeto de este canto podía ser, sin mas, el de atraer a la hembra durante el cortejo. Pero, según un artículo publicado por la revista de la National Geographic en enero del 2007, esta hipótesis fue descartada cuando se observó que los machos que cantaban en el canal de 'Au 'Au (Hawai) no procuraban atraer la atención de una potencial pareja sino a otros machos. ¿Es quizá este canto un mensaje de advertencia, de desafío? Jim Darling, un conocido investigador del tema, cree que tal vez no. Porque en efecto, cuando un macho responde a otro que canta, ambos comienzan a nadar en círculo sin mostrar señales de agresión. No faltan especulaciones sobre este peculiar intercambio entre ballenas... ¿estarán persuadiendo a un rival de no acercarse a la hembra elegida? ¿estarán pidiendo colaboración para hallar a una hembra en particular? ¿estarán tejiendo alianzas para desplazar a otro macho?
Pero a lo mejor podemos ir mucho, mucho más lejos aún. Porque canto de las ballenas parece algo bastante mas complejo que un sofisticado recurso de cortejo. Darling ha demostrado que todas las ballenas jorobadas dentro de una región (el Pacífico Norte, por ejemplo), emiten el mismo canto con mínimas diferencias solo detectables para los expertos. Pero las ballenas de otras partes del mundo, emiten cantos muy diferentes. ¿Es acaso el canto de la ballena un patrón gregario que permite distinguir una comunidad de otra? Los rasgos culturales de estos sonidos no parecen acabar ahí tampoco. Porque las melodías se modifican año tras año, dando muestras no solo de variedad sino también de transformación.
Las hipótesis no acaban. Podemos pensar que las ballenas pueden transmitir información de cualquier tipo entre ellas, información que pudiera ser útil para la supervivencia, sobre corrientes marinas, sobre peces, sobre estrellas, sobre humanos investigándolas. En un documental de la National Geographic, Roger Payne, especula sobre una idea muy interesante: afirma que el canto de las ballenas es un misterio no menos misterioso que el canto humano. Dice que es muy difícil explicar por qué hacemos música los humanos y que eso habla sin dudas, de una herencia evolutiva muy anterior a la especie humana... y que explica muy bien por qué las ballenas y humanos nos sentimos fascinados recíprocamente en una corriente de curiosa empatía.
Me pregunto si alguna vez podremos decodificar este lenguaje en clave cetácea. Me pregunto como se sentirá el mundo desde las profundidades del océano. Me pregunto que sentirá una ballena, cuando ve de cerca a un humano, un ser tan pequeño y tan curioso. Y, por sobre todo, me alegro mucho de que haya gente dispuesta a financiar este tipo de investigaciones, en el límite de lo verosímil y en la sensible frontera de nuestra egocéntrica mirada del universo.

(Fuente: http://cruzandopalabras.idoneos.com/index.php/El_canto_de_las_ballenas

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Efectos de la contaminación acústica en los océanos

Los cetáceos son un orden de mamíferos marinos distribuidos por todo el planeta: delfines, ballenas, marsopas y cachalotes; utilizan la bioacústica principalmente para su comunicación y ecolocalización; actividades humanas como la pesca, la contaminación química, el calentamiento global y la contaminación acústica afectan negativamente a los cetáceos.
Se han reportado numerosos casos de desplazamientos, lesiones del sistema auditivo, varamientos e incluso muerte de cetáceos producto de trafico marino, turismo, sismos y sonares, principalmente los de baja frecuencia. Muchas especies se encuentran catalogadas a nivel mundial como vulnerables, amenazadas y en peligro.
Para minimizar estos efectos se deben crear zonas acuáticas protegidas y normas internacionales que regulen todas estas actividades humanas. Solo el estudio y legislación garantizará la perpetuación de estas especies.



Se multiplica por 16 la contaminación acústica de los océanos

La contaminación y sus efectos, más o menos llamativos, se han extendido hasta los océanos. Y no solo en forma de productos químicos o de infinidad de desechos flotantes. El ruido es un problema más sutil pero también en aumento y sus consecuencias sobre el ecosistema marino aun no se conocen completamente.
Es sabido que ballenas y delfines han tenido problemas con sonares militares que emitían sonidos especialmente intensos. Aunque el tema es polémico, las pruebas parecen apuntar a que las ballenas pueden sufrir hemorragias y otros daños debidos a ellos. En los cetáceos, cualquier alteración de su habilidad para transmitir o reconocer sonidos puede poner en peligro incluso la capacidad de reproducirse y sobrevivir. El exceso de ruido interfiere en la habilidad de los mamíferos marinos de comunicarse entre sí y puede llegar a cambiar su comportamiento habitual. Concretamente, los sonidos pueden llegar a producir sordera en algunos cetáceos, como las ballenas, o lesiones que pueden producirles la muerte. De hecho, la Comisión Ballenera Internacional ha afirmado que hay una “evidencia contundente” de que poblaciones enteras de mamíferos marinos están en peligro debido al sonido que producen los instrumentos que usa el hombre.
En los últimos cuarenta años se ha duplicado la flota mercante mundial y esto tiene su correspondencia en el sonido generado. Intentando acotar el problema se han comparado los niveles de ruido recogidos por la marina norteamericana en los años sesenta con mediciones actuales. Los análisis realizados en el sur de California indican que indican que el nivel sonoro ha aumentado entre 10 y 12 decibelios, lo que implica que se ha multiplicado entre 8 a 16 veces el nivel de ruido de hace 40 años.
Según los investigadores estas conclusiones son extrapolables al resto del Océano Pacifico Tenemos barcos más grandes, rápidos y ruidosos que ocultan y confunden los sonidos generados por ballenas, delfines y otros mamíferos. Aunque aun queda mucho por conocer sobre las posibles consecuencias de esta situación, esperemos que no ocasione daños irreparables.

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